Jeff Buckley: una carrera corta, un largo legado

Muchos dicen que la década de los 90 fue la última gran década para la música, y artistas como Jeff Buckley hacen que sea muy difícil refutar esa declaración.

La historia de este cantante comienza en Anaheim, California, el 17 de noviembre de 1966. A pesar de ser hijo de un reconocido músico de folk-jazz, sus primeros acercamientos a la música no fueron gracias a él, ya que pudo conocerlo hasta que cumplió 8 años. Fue su madre, quien era pianista de música clásica, y su padrastro, quienes le inculcaron el amor por la música.

Jeff creció escuchando música de The Who, Led Zeppelin y Jimi Hendrix y llegó a formar parte de un grupo de jazz en su adolescencia. Posteriormente se graduó del Guitar Institute of Technology, y siguió trabajando en la industria de la música, aunque sin mayor éxito.

Tim Buckley, su padre, murió por una sobredosis de heroína al poco tiempo de haberlo conocido. Y a pesar de que en vida nunca le ayudó, ni en la música ni de manera personal, en 1991, Jeff participó en un homenaje a él y, gracias a esto, su carrera tuvo un gran impulso.

Tres años después de este evento, Jeff Buckley entró al estudio para grabar su único álbum oficial, Grace, el cual incluye grandes éxitos como Lover, You Should’ve Come Over y los covers Lilac Wine de Nina Simone y Hallellujah de Leonard Cohen.

La voz tan peculiar del cantante y el éxito de Grace con la crítica auguraban una larga carrera para el joven cantante.

Pero todo cambiaría en 1997. Después del éxito que le brindó su álbum, Jeff se encontraba cansado de la fama y deseaba volver a los escenarios más íntimos. En esa busqueda por replantearse su carrera, decidió mudarse a Memphis. My Sweetheart, The Drunk sería su segundo álbum, sin embargo, nunca pudo llevarse a cabo como el cantante lo planeó.

La tarde del 29 de mayo de 1997, la banda de Buckley voló a Memphis para reunirse con él en su estudio y trabajar en su nuevo material. Esa misma tarde, Buckley entró a nadar al río Wolf en Tennessee, mientras cantaba Whole Lotta Love de Led Zeppelin.

Keith Foti, un roadie de su banda quien lo acompañaba ese día, permaneció en la orilla. Después de distraerse por unos momentos, Foti levantó la vista y notó que Buckley había desaparecido. Fue hasta el 4 de junio, que pudieron localizar su cuerpo, cuando los pasajeros del barco American Queen lo encontraron, atrapado entre unas ramas.

Aunque la autopsia no mostró signos de drogas o alcohol en su sistema, y su muerte fue declarada como un ahogamiento accidental, nunca sabremos qué es lo que pasaba por la mente de Jeff Buckley cuando entró al río Wolf completamente vestido.

Esta es la historia de Jeff Buckley, un talento que nos dejó demasiado pronto, y cuya muerte nos hace imaginar qué más habría logrado de haber estado más tiempo en esta tierra. Aún así, su legado continúa hasta el día de hoy, gracias a sus grabaciones, y a los miles de artistas que ha inspirado, y que lo mantienen vivo en cada una de sus notas.

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